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jueves, 23 de septiembre de 2010

hadices sobre el pasado

Una de las evidencias más fuertes sobre la veracidad del Profeta Muhammad es su conocimiento del mundo del oculto: su conocimiento preciso acerca de las naciones pasadas y futuras profecías. No importa cuan inteligente sea, una persona no puede hablar con autoridad sobre el pasado basándose solo en mera inteligencia. La información se tiene que aprender. Muhammad era un ser humano, quien no vivió en medio de las naciones de las que habló, ni heredó conocimiento alguno acerca de su civilización, o la aprendió de algún maestro. Dios dice:
“Éstas son historias que no conocías, y te las revelamos. Tú [¡Oh, Muhammad!] no estuviste presente cuando sortearon con sus cañas para ver quién de ellos se encargaría de María, ni tampoco cuando disputaban acerca de ello”.
(Corán 3:44)
“Esto es parte de las historias de lo oculto que te revelamos [¡Oh, Muhammad!]. Tú no estabas presente cuando [los hermanos de José] planearon [eliminarlo] y se complotaron”
(Corán 12:102)
Es interesante considerar estos versículos:
“Ciertamente le revelamos a Moisés el Libro [la Torá] después de haber destruido a las generaciones que le precedieron. En él hay luz, guía y misericordia para que los hombres reflexionen. Y tú [¡Oh, Muhammad!] no estuviste en la ladera occidental [del monte] cuando decretamos la misión de Moisés, ni fuiste testigo de ello [sino que te lo revelamos]. Tampoco estuviste entre las generaciones que hicimos surgir [después de Moisés] y vivieron largo tiempo, ni viviste en Madián para transmitirles Nuestro Mensaje, sino que te designamos Mensajero [para toda la humanidad y te revelamos sus historias para que se las transmitas a los hombres y así reflexionen]. Y debido a que no estuviste en la ladera del monte cuando llamamos [a Moisés], [te revelamos sus historias] por misericordia, para que adviertas a tu pueblo a quienes no se les presentó ningún Profeta para advertirles antes de ti, y así reflexionasen. Y para que cuando les acontezca una desgracia a causa de sus malas acciones no digan: ¡Señor nuestro! Si nos hubieses mandado un Mensajero habríamos acatado Tus órdenes y nos hubiésemos contado entre los creyentes”.
(Corán 28:43-47)
Estos eventos en la historia de Moisés fueron relatados por Muhammad. Existen dos posibilidades, o bien fue testigo de ellos y estuvo presente allí, o los aprendió de aquellos que los conocían. En ambos casos, no sería necesario que fuera Profeta de Dios. La única otra posibilidad, una conclusión ineludible, es que Muhammad lo haya aprendido de Dios mismo.
Pocos hechos necesitan ser considerados para reconocer toda la fuerza del argumento. Muhammad no lo aprendió de ningún erudito religioso, ya que no existían eruditos judíos o cristianos en la Meca por aquellos días, y tampoco conocía otro idioma aparte del árabe. Además de eso, él no sabía leer ni escribir.
Ningún mecano, judío o cristiano alguna vez reclamó ser maestro de Muhammad. Si Muhammad hubiese aprendido de alguna fuente, sus propios compañeros, quienes creían en él, lo hubiesen expuesto.
“Di: [Acaso no reflexionáis que] Si Dios no hubiera querido no os lo habría dado a conocer [el Corán], y yo no os lo habría recitado. Vosotros bien conocéis mi lealtad y confiabilidad, puesto que viví muchos años entre vosotros antes de la revelación”.
(Corán 10:16)
A pesar de su fuerte oposición, los incrédulos no podían atribuir su conocimiento del pasado y presente a ninguna fuente. La falla de sus contemporáneos es suficiente prueba contra el escepticismo de los futuros.
La corrección de los errores judíos y cristianos
Se mencionarán dos ejemplos del Corán corrigiendo lo que había cambiado en la creencia de los judíos y los cristianos:
(1) Los judíos reclamaban que Abraham era judío, el padre de la nación judía, mientras que los cristianos también lo consideran padre de su nación, así como también la Iglesia Católica romana llama a Abraham “el padre de nuestra fe” en la plegaria eucarística llamada Canon romano durante la Misa. Dios responde a estas alegaciones en el Corán:
“¡Oh, Gente del Libro! ¿Por qué discutís sobre Abraham, siendo que la Torá y el Evangelio fueron revelados después de él? ¿Es que no razonáis?”
(Corán 3:65)
(2) El Corán niega contundentemente la crucifixión de Jesús, un evento de inmensas proporciones para las dos religiones:
“[Y no te sorprendas ¡Oh, Muhammad! que te pidan que hagas descender un Libro del cielo, cuando ellos] quebrantaron el pacto, no creyeron en los signos de Dios, mataron a los Profetas injustamente, y dicen: No podemos comprender tus palabras. No es así, si no que Dios endureció sus corazones por su incredulidad y no aceptaron sino a algunos de los Profetas anteriores. Tampoco creyeron [en el Mesías] y manifestaron contra María una calumnia gravísima [acusándola de inmoral]. Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Dios. Pero no le mataron ni le crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron.”
(Corán 4:155-157)
De esta negación coránica surgen algunos cuestionamientos fundamentales.
Primero, si la doctrina islámica fuese tomada del judaísmo y el cristianismo, ¿Por qué se niega la crucifixión? Después de todo, ¡las dos religiones están de acuerdo en que se llevó a cabo! Para los judíos, Jesús era un impostor que fue crucificado, pero para los cristianos, era el Hijo de Dios. El Profeta Muhammad podría haber estado de acuerdo con la crucifixión de Jesús, esto le daría más crédito a su mensaje ante los cristianos. Si el Islam fuese una religión falsa, una imitación del judaísmo y del cristianismo, o si Muhammad hubiese mentido en su afirmación, el Islam no sería intransigente en este asunto al declarar que las dos religiones están equivocadas en este asunto, ya que no hay nada por ganar con la negación.
Segundo, si el Islam hubiese tomado prestado el mito de la crucifixión de estas dos religiones, hubiese eliminado el punto de mayor controversia con ellas. Es posible que los judíos fuesen responsables de la crucifixión de Jesús, ya que las transgresiones históricas en contra de los profetas de Dios han sido documentadas en la Biblia así como también en el Corán. Pero con respecto a Jesús, el Corán expone categóricamente:
“No le mataron, ni le crucificaron.”
¿Cómo es posible, entonces, decir que Muhammad produjo el Corán a través de la información obtenida de los eruditos judíos y cristianos cuando mostró ideologías ajenas a sus doctrinas?
Tercero, la negación acerca de la crucifixión misma niega otras creencias cristianas:
(i) La expiación de Jesús por los pecados del hombre.
(ii) La carga del pecado original acarreado por todos los hombres.
(iii) Destruye el mito de la cruz y su veneración.
(iv) La última cena y la Eucaristía.
De este modo vemos que las historias del Profeta, que Dios le de paz, acerca de naciones del pasado no eran un mero folklore, ni tampoco fueron aprendidas de los judío o los cristianos. Sino que le fueron reveladas desde el cielo por el Dios de la Creación.

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