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jueves, 30 de septiembre de 2010

Abu Bakr as-Siddiq

bū Bakr `Abd Allāh ibn Abī Quhāfa `Uthmān ibn Ka`b al-Qurayshī, llamado Abū Bakr Al-Siddīq, o simplemente Abū Bakr (en árabe, أبو بكر الصديق) fue el sucesor de Mahoma y por tanto primer califa del islam, iniciador de la serie llamada de los califas ortodoxos (La Meca, c. 573 - Medina, 634).
El nombre Abū Bakr es en realidad un apelativo que suele traducirse como «el papá de los camellitos»; tenía, en efecto, un número importante de estos animales, de los que se ocupaba mucho. Este apelativo se ha convertido en un nombre propio frecuente en todo el mundo islámico (con variaciones como Bubker, Babacar, Ebubekir, etc.). As-Siddīq es también un apelativo que significa "El Sincero"; sus descendientes son llamados siddīqī. Su nombre de pila original era `Abd al-Ka`ba, esto es "Siervo de la Kaaba", que cambió por `Abd Allāh ("Siervo de Dios") tras su conversión al islam.
Mercader en La Meca y miembro de la tribu de Quraish, fue el primer hombre que se convirtió a la nueva religión predicada por Mahoma, a quien acompañó al exilio (hégira) en Medina. Se convirtió en suegro de Mahoma al casarse éste con su hija Aisha. Cuando el profeta cayó enfermo designó a Abū Bakr para que dirigiese la oración en su lugar, lo cual fue interpretado a la muerte de Mahoma como deseo de que Abū Bakr fuese su sucesor. Así, en 632 se convirtió en la primera persona que llevó el título de califa, esto es, de "sucesor del Mensajero de Dios" (خليفة رسول الله jalīfat Rasūl Allāh). Su elección fue contestada por Ali ibn Abi Talib, primo y yerno de Mahoma, quien reclamó para sí la sucesión. Ali acató finalmente la elección de Abū Bakr, pero esta divergencia daría lugar años más tarde a la división de los musulmanes en tres ramas: sunníes, chiíes y jariyíes.
El mismo año de su elección estallaron sendas revueltas tribales en las regiones de Hiyaz y Nechd; la primera rechazaba el islam y la segunda la originó la negativa a pagar el impuesto zakat al Estado islámico. El califa sofocó ambas revueltas, aunque hubo de hacer frente en lo sucesivo a oposiciones fuertes, la más importante de las cuales era la capitaneada por Musailma. Éste fue finalmente vencido por Jalid ibn Walid en la batalla de Akraba, tras lo cual quedó definitivamente adherida al estado islámico la Península de Arabia. Logrado esto, Abū Bakr dirigió a sus generales hacia la conquista de otros territorios: Iraq le fue arrebatado al Imperio Sasánida por Jalid ibn Walid en una sola campaña. Durante su gobierno, se realizó la primera compilación del Corán, que hasta entonces solo se recitaba de memoria. Abū Bakr murió el 23 de agosto del 634 en Medina. Poco antes de su muerte, atribuida por unos al envenenamiento y por otros a causas naturales, nombró sucesor a Omar, elección que fue ratificada por la comunidad, nuevamente con la oposición de Ali y sus partidarios (según los chiíes), aunque sin ningún incidente serio. Está enterrado junto a Mahoma y Omar en la Mezquita del Profeta de Medina.

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