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miércoles, 14 de diciembre de 2011

La religión de la paz y Avenida del Profeta Jesus


EN EL NOMBRE DE ALLAH EL COMPASIVO EL MISERICORDIOSO.
--En el Corán tenemos versículos que se refieren al Islam como la religión de la paz, el amor y la fraternidad:
"¡Creyentes! Entrad todos en la Paz y no sigáis los pasos del Demonio. Es para vosotros un enemigo declarado."
~~(Corán, 2:208).
"Dios invita a la Morada de la Paz y dirige a quien El quiere a una vía recta."
~~ (Corán, 10:25).
"…Quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni corrompido en la tierra, fuera como si hubiera matado a toda la humanidad…"
~~ (Corán, 5:32).
"Los creyentes son, en verdad, hermanos. Reconciliad, pues, a vuestros hermanos y temed a Dios. Quizás, así, se os tenga piedad."
~~ (Corán, 49:10).
"Y obedeced a Dios y Su Enviado. No discutáis. Si no, os desanimaréis y se enfriará vuestro ardor. Tened paciencia que Dios está con los pacientes"
~~ (Corán, 8:46).
"A quienes hayan creído y obrado bien, el Compasivo les dará amor."
~~(Corán, 19:96).
"Sois la mejor comunidad humana que jamás se haya suscitado: ordenáis lo que está bien, prohibís lo que está mal y creéis en Dios…"
~~(Corán, 3:110).
"Sé indulgente, prescribe el bien y apártate de los ignorantes."
~~ (Corán, 7:199).
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**Por otro lado, tenemos tradiciones del Profeta Jesús (P) que nos informan que su regreso a la Tierra hará que vuelva a brillar la paz y el amor y se acaben las matanzas, las opresiones y las guerras:
--“Juro que Jesús (P) hijo de María descenderá como un gobernante justo… ENTONCES SE ESFUMARA ABSOLUTAMENTE TODA HOSTILIDAD, ALTERCADO, CODICIA…”
(“Muerte – Día del Juicio – Más Allá”, p. 498).
--“Jesús (P) hijo de María será un juez justo y un gobernante justo… abolirá la jizya (impuesto cobrado a los no musulmanes), LLENARA LA TIERRA DE PAZ del mismo modo que el agua llena la jarra. La religión será una y sólo Dios será adorado”
(“Sunan Ibn Majah”, 10/334).
--“En mi comunidad se considera al Profeta Jesús (P) un gobernante justo… DESAPARECERA TODA HOSTILIDAD Y ODIO… La Tierra se convertirá en una copa de plata y abundará todo tipo de vegetal como en la época del Profeta Adán (P)…” (“Muerte – Día del Juicio – Más Allá”, p. 496).
--“LA TIERRA SE INUNDARA DE PAZ como el agua llena una jarra. DESAPARECERAN ABSOLUTAMENTE LAS HOSTILIDADES, LOS ALTERCADOS Y LA CODICIA”
(“Sahih Muslim”, 1/136).
--“Luego (Jesús –P–) vivirá 40 años. EN ESE PERIODO NADIE MORIRA. Se dejará suelto a los animales (domésticos) y no comerán un solo grano de los campos sembrados. Los escorpiones y las víboras no dañarán a nadie. Los animales predadores estarán a pocos pasos de la gente pero no dañarán a nadie. La persona tomará cierta cantidad de semillas de trigo y las plantará sin buey y sin esfuerzo, pero como retorno tendrá una cantidad setecientas veces mayor”
(Imam Suyuti, “Portentos del Día del Juicio. Muerte y Resurrección”, p. 184).
--“LA ENEMISTAD Y LA ENVIDIA desparecerán de entre la gente. Los escorpiones y las víboras carecerán de veneno; incluso un niño jugará con sus manos desnudas con la serpiente sin ser mordido. Una niña intentará conducir a un león y éste no la tocará. El lobo permanecerá entre las ovejas como si fuese un perro ovejero. Al igual que una vasija que se llena con agua, la Tierra será colmada con una sola religión. La gente adorará solamente a Dios. DESAPARECERAN LAS GUERRAS Y LAS CONTIENDAS… La Tierra será como una llanura plateada. Las plantaciones se expandirán como en la época del Profeta Adán (P). Un racimo de uvas bastará para una persona (le será suficiente como alimento). Un grupo de personas (saciará su hambre) con una sola granada. El precio de un buey será elevado y un caballo se comprará por un dirham (por un valor muy pequeño).
-La gente preguntó:
-‘¡Mensajero de Dios!, ¿por qué será tan barato un caballo?’.
-Respondió:
-‘¡PORQUE NO HABRAN GUERRAS Y NO LO NECESITARAN TANTO!’.
-La gente preguntó:
‘-¿Por qué será tan caro un buey?’.
-Respondió:
-‘Porque todo el planeta estará cultivado y serán muy necesarios’…”.
(Ibn Majah hizo un relato similar tomado de Umama; “Gran Colección de Tradiciones”, Rudani, Volumen 5, pp. 370/71/72).
“Jesús (P) permanecerá entre la gente como un juez justo, un Imam (líder religioso)– gobernante absolutamente sensato… DESAPARECERAN TODAS LAS ENEMISTADES Y ENVIDIAS y los animales venenosos serán despojados de sus venenos. Por otra parte, un niño pondrá su mano en la boca de una serpiente y ésta no lo dañará. Una niña molestará a un león mientras lo acaricia pero éste no le hará nada. El lobo será como un perro ovejero en medio del rebaño de ovejas. LA TIERRA SE LLENARA DE PAZ Y SEGURIDAD DE LA MISMA MANERA QUE UNA VASIJA SE LLENA DE AGUA. (En esa época) sólo permanecerá una palabra (es decir, la de unicidad de Dios) y el pueblo sólo adorará a El. Los combatientes ABANDONARAN SU CARGA (ES DECIR, LAS ARMAS Y EQUIPOS BELICOS)”. (“Muerte – Día del Juicio – Más Allá”, p. 496-97).
“Durante siete años NADIE SERA ENEMIGO DE NADIE” (264 – Ibn Manda, a.e. II 958-9, el-Mukhaddas, a.E. Vr. 136-a 137-b).
“(Cuando Jesús –P– vuelva), la Tierra sacará a la superficie sus tesoros. Sus pobladores no se demandarán económicamente entre ellos. Desparecerán la envidia y la codicia. Dios sacará el veneno de todo ser venenoso. Los chicos jugarán con las víboras y los escorpiones sin sufrir daño alguno. Los lobos no dañarán a las ovejas. NADIE MATARA A NADIE. LA PAZ REINARA EN LA TIERRA. Los campos producirán gran cantidad de frutos, como sucedió en un principio…” (265 see. Musnad, II. 409, 437; al-Safarini, Lavami, II 95) (Dr. Seki Saritoprak, “El Retorno de Jesús Desde el Punto de Vista Islámico”, Cãglayan Press, Izmir, 1997, p. 96).
“NO HABRA LUGAR PARA LA ENEMISTAD Y LA ENVIDIA porque desaparecerán sus causas…” (“Signos del Juicio Final”, pp. 242-43)
“Jesús (P), hijo de María, descenderá pase lo que pase”… “LOS CELOS Y LA ENEMISTADES SERAN EXTIRPADOS” (Abu Huraira (ra), “Gran Colección de Tradiciones”, Rudani, Volumen 5, p. 379).

miércoles, 5 de enero de 2011

El coran y su sabiduría

EL CORÁN Y SU SABIDURÍA
El Corán es el mayor don otorgado por Dios a la humanidad, y su sabiduría es única. En pocas palabras, el propósito de la Escritura es conservar las revelaciones anteriores y restaurar la verdad eterna de Dios, guiar a la humanidad por el camino recto y estimular el alma humana, despertar la conciencia e iluminar la mente de los hombres.  
El Corán es la palabra de Dios revelada a Muhammad a través del Santo Espíritu Gabriel, y está fuera de la inauguración humana producir nada semejante. Los contemporáneos de Muhammad han sido considerados como los mayores maestros de la lengua árabe, reconociéndoles motivos poderosos para poder crear un texto rival. Pero no pudieron producir nada similar al Corán, en contenido o estilo. Muhammad carecía de estudios formales y nunca lo ocultó. Su mayor mérito estriba en que fue un analfabeto, que se elevó entre analfabetos para enseñar a todos los hombres, intuidos y no instruidos, el auténtico mensaje de Dios. Este es el primer hecho que confirma que el Corán es la palabra de Dios.  
El segundo hecho relativo a este Libro único es la indudable autenticidad de su orden y contenido, cualidad que no ha tenido, ni es posible tenga, ningún otro libro de ninguna clase. La autenticidad del Corán no ofrece dudas en cuanto a la pureza, originalidad y totalidad de su texto. Serios eruditos, musulmanes y no musulmanes, han llegado a la infalible conclusión de que el Corán que empleamos hoy es el mismo libro que recibió y enseñó Muhammad, por el que vivió y dono a la humanidad hace más de catorce siglos. Podemos ilustrar la autenticidad del Corán con estas observaciones.  
1.     El Corán fue revelado en porciones, gradualmente, pero nunca sin orden ni concierto. El nombre de Corán indica que fue un Libro desde sus comienzos (Corán, 2:2; 4:41‑42). Las disposiciones del Corán y la revelación gradual de sus pasajes responden a los planes y la voluntad de Dios, una voluntad a la que se sometieron Muhammad y sus compañeros (25:32; cf. 75:17).  
2.     Los árabes se distinguieron por su gusto literario, extremadamente refinado, que les permitió gozar y apreciar las buenas obras literarias. El Corán fue proclamado, por ellos, la obra maestra más sobresaliente de la literatura. Se emocionaron con su tono conmovedor y les atrajo su extraordinaria belleza. Encontraron en él la mayor satisfacción y el más profundo gozo, y se comprometieron a recitar y aprender de memoria la Escritura. Fue y sigue siendo admirado, citado, y apreciado por todos los musulmanes y por muchos no musulmanes.  
3.  Es obligado para cada musulmán, hombre y mujer, recitar una porción del Corán todos los días en la oración y durante la vela nocturna. La recitación del Corán constituye para los musulmanes una elevada forma de adoración y una práctica diaria. 
4.  Los árabes eran generalmente iletrados Así, tuvieron que confiar completamente en su memoria, para conservar los poemas y pasajes más apreciados. Se distinguieron por su extraordinaria memoria, en la que almacenaron su legado literario. El Corán fue reconocido por todos los pueblos de gusto literario como inimitable. Por ello se apresuraron a grabarlo en su memoria, pero solo del modo más notable y respetuoso. 
5.     Durante la vida de Muhammad, hubo expertos escribas y autorizados registradores de las Revelaciones. Cuando recibía un versículo o un pasaje ordenaba, inmediatamente, a sus escribas que los registraran, bajo su supervisión. Todo cuanto registraban era objeto de comprobación y autentificado por el propio Profeta. Se revisaba cada obra y se ponía en orden cada pasaje.  
6.     Cuando terminaron las Revelaciones, los musulmanes poseían muchos registros completos del Corán. Eran recitados, memorizados, estudiados y utilizados en cualquiera de los usos y costumbres diarios. Cuando surgía una diferencia, la duda era sometida al profeta para que resolviera el asunto, tanto si guardaba relación con el texto, con el sentido, o con la entonación.  
7.     Después de la muerte de Muhammad, el Corán había ya sido registrado en muchas memorias musulmanas, y en numerosas tablas. Pero esto no satisfizo a Abu Bakr, el primer Califa, que temía que la muerte, en el campo de batalla, de gran número de memorizadores, podía dar lugar a serias confusiones sobre el Corán. Consultó el caso con las principales autoridades y confió a Zayd Ibn Thabit, Primer Escriba de las Revelaciones de Muhammad, que recopilara un ejemplar ordinario y completo de la Escritura, en el mismo orden que autorizó Muhammad. Lo hizo bajo la supervisión y con la ayuda de los compañeros del Profeta. La versión final completa fue comprobada y aprobada por todos los musulmanes, que habían escuchado el Corán en los propios labios de Muhammad, y lo grabaron en sus memorias y corazones. Esto se hizo poco después de transcurrir dos años desde la muerte de Muhammad. Las Revelaciones estaban aún frescas y vivas en las mentes de los escribas, memorizadores y demás compañeros musulmanes del Profeta.  
8.     Durante el Califato de "Uthman", unos quince años después de Muhammad, se distribuyeron'.en abundancia ejemplares recopilados del Corán, en los nuevos territorios que entraron en contacto con el Islam. La mayoría de los habitantes no habían visto ni oído a Muhammad. A causa de factores regionales y geográficos leían el Corán con acentos ligeramente diferentes. Empezaron a surgir diferencias en la recitación y entonación que produjeron las disputas entre los musulmanes. "Uthman" intervino rápidamente para resolver la situación. Tras consultar con las principales autoridades, constituyó un comité de cuatro hombres, formado por los primeros escribas de las Revelaciones. Todos los ejemplares en uso fueron recogidos y sustituidos por una copia común, que se utilizaría con arreglo al acento y dialecto de Quraysh, el mismo dialecto y acento de Muhammad. Aquel dialecto fue adoptado y normalizado, porque era elmejor de todos y en el que fue revelado el Corán. Por ello, el Corán quedó, de nuevo, circunscrito al acento y dialecto del hombre que los recibió. Y a partir de aquel momento se ha venido utilizando la misma versión normalizada, sin el menor cambio de palabras o de orden, ni siquiera de signos de puntuación.  
Basándose en estas observaciones, los eruditos han llegado a la conclusión de que el Corán permanece hoy en la forma original y así seguirá. jamás se han introducido en él adiciones y omisiones, ni ha sufrido corrupción alguna. Su historia es tan clara como la luz del día, su autenticidad es incuestionable, y su conservación completa está fuera de dudas.  
El Corán está lleno de sabiduría sin igual, en cuanto a su fuente., sus características y dimensiones. La sabiduría del Corán emana de la sabiduría del autor, que no pudo ser otro que el propio Dios. Emana asimismo del irresistible poder de la Escritura, que es inimitable y que desafía a todos los hombres de letras y de saber. El enfoque realista del Corán, las soluciones prácticas que ofrece a los problemas humanos y los nobles objetivos que fija el hombre, marcan la sabiduría coránica como poseedora de características y naturaleza incomparables.  
Dinamismo
Uno de los principales rasgos de la sabiduría coránica es que no se corresponde a algo estático o muerto, Es una clase de sabiduría dinámica que incita la mente y estimula el corazón. Su sabiduría posee un dinamismo excitante y una fuerza motriz, atestiguados por la evidencia histórica y por el propio Corán. Cuando Muhammad esparció por primera vez la llamada de Dios. su único poder era el Corán y su única sabiduría la sabiduría coránica. El penetrante dinamismo del Corán es tremendo e irresistible.  
Existen numerosos ejemplos que confirman que la personalidades más dinámicas y los argumentos más decisivos no podrían alcanzar el reino de la sabiduría dinámica del Corán. Dios habla del Corán como un Rooh espíritu o vida, y como una luz por la que se guían los siervos de Dios en el camino recto (42:52). Dios dice: Si hubiéramos hecho descender este Corán sobre una montaña, la habrías visto humillarse y hendirse por temor a Dios. Tales ejemplos proponemos al hombre para que reflexione. (59:21). Las palabras clave en este caso con Rooh y Sad, que significan que el Corán origina la vida, aviva el espíritu, irradia luz guiadora y mueve los objetos aparentemente inmóviles. Esta es la clase de dinamismo espiritual de la que habla el Corán.  
Viabilidad  
Otra característica significativa del Corán en su viabilidad. No se complace en pensamientos ambiciosos. Ni sus enseñanzas piden lo imposible, o flotan sobre optimistas corrientes de ideales inalcanzables. El Corán acepta al hombre como es y le exhorta a convertirse en lo que puede ser. No estigmatiza al hombre como criatura desamparada o sin esperanza, a la que condena del nacimiento a la muerte, o sume en el pecado desde el útero a la tumba, sino que le muestra como un ser noble, honorable y digno. La viabilidad de las enseñanzas coránicas queda establecida por los ejemplos de Muhammad y de los musulmanes, a través de los tiempos. La peculiaridad del Corán es que sus instrucciones se dirigen al bienestar general del hombre y se basan en las posibilidades que éste tiene a su alcance.  
Moderación  
Una tercera característica es la moderación o armonía entre lo divino y lo humano, lo espiritual y lo material, lo individual y lo colectivo y así sucesivamente. El Corán presta la debida atención a todos los hechos de la vida y a todas las necesidades del hombre, y los trata de tal manera que ayuda a éste a conseguir los nobles objetivos de su ser. Por esta característica de moderación, el Corán llama a los musulmanes una Nación justiciera (2:143) y con esta "moderación" los considera la mejor nación que jamás haya surgido para la humanidad, porque encomiendan el bien, prohíben lo ilícito y creen en Dios" (3:110).  
La sabiduría coránica actúa en tres dimensiones principales: hacia dentro, hacia fuera y hacia arriba. Hacia dentro, penetra en los rincones más recónditos del corazón y alcanza las mayores profundidades de la mente. Se dirige al saludable cultivo del individuo desde su interior. Esta penetración hacia dentro es diferente y llega mucho más lejos que cualquier otro sistema legal o ético, porque el Corán habla en nombre de Dios y somete todas las cosas a El.  
La función hacia fuera del Corán abarca todos los caminos de la existencia y los principios de todos los asuntos humanos, desde los puramente personales hasta las más complejas relaciones internacionales. El Corán llega a áreas desconocidas para cualquier sistema jurídico o código de moral laico; y, es inaccesible a cualquier doctrina religiosa popular. Lo más destacado del Corán, a este respecto, es que contempla las transacciones humanas de tal forma que les da un sabor divino y un toque moral. Hace palpable la presencia de Dios en todas las transacciones, y así le reconoce como la primera fuente de orientación y la meta final de todas las transacciones. Es la guía espiritual del hombre, su sistema jurídico, su código de moral y, sobre todo, su forma de vida.  
En su función hacia arriba el Corán se centra en el único y supremo Dios. Todo lo que fue, lo que es o lo que será, debe analizarse y verse a través de este enfoque, la presencia activa de Dios en el Universo. El hombre es sólo un depositario en el vasto dominio de Dios, y el único objetivo de su creación es adorar a Dios. No caben pretextos para el aislamiento o el retiro pasivo de la vida. Es una abierta invitación al hombre para que incorpore realmente, en la tierra, las excelentes cualidades de Dios. Cuando el Corán se centra en Dios, en su atención ascendente, abre ante el hombre nuevos horizontes de pensamiento, le conduce a niveles inigualados de elevada moralidad, y le pone en conocimiento con la fuente eterna de la paz y la bondad. Entender que Dios es la única meta definitiva del hombre supone una revolución contra las tendencias populares del pensamiento humano y las doctrinas religiosas, una revolución cuyo objetivo es liberar a la mente de la duda, al alma del pecado, y emancipar la conciencia de la subyugación.  
La sabiduría coránica es concluyente, en todas sus dimensiones. Ni condena ni tortura la carne, ni desatiende el alma. No "humaniza" a Dios, ni deifica al hombre. Todo está cuidadosamente colocado, en el lugar que le corresponde, dentro del esquema total de la creación. Existe una relación proporcionada entre las obras y las recompensas, entre los medios y los fines. La sabiduría coránica no es neutral. Es exigente, y sus demandas son recibidas con júbilo por todos los bienaventurados que han recibido raciocinio y entendimiento.  
La sabiduría del Corán pide pensamientos sinceros y obras piadosas. unidad de propósitos y deseos de buena voluntad. "He aquí el libro indudable que es la guía de los timoratos...'' (2:2). "He aquí el Libro que te hemos revelado, para que saques a los humanos de las tinieblas a la luz..." (14:1 ).

viernes, 1 de octubre de 2010

las profecias del coran




Las Profecías del Corán




El Corán contiene muchas profecías que han sido cumplidas, pero en este artículo, nos limitaremos a sólo cinco.[1]  Las primeras dos profecías sobresalientes: a diferencia de cualquier otra escritura, el Corán profetiza su propia conservación bajo el cuidado divino, y demostraremos cómo ocurrió verdaderamente.

La Protección del Corán de toda Corrupción

El Corán hace una afirmación que ninguna otra religión hace, que Dios mismo cuidará el texto del Corán de ser alterado.  Dios dice:
“Ciertamente Nosotros hemos revelado el Corán y somos Nosotros sus custodios.” (Corán 15:9)

La facilidad de Memorizar el Corán

Dios ha hecho que el Corán sea fácil de memorizar:
“Hemos hecho el Corán fácil de entender y de recordar.  ¿Habrá alguien que reflexione?” (Corán 54:17)
La facilidad por la cual el Corán es memorizado es inimitable.  No existe ninguna escritura o texto religioso o no religioso en el mundo que sea tan fácil de memorizar; hasta los no-árabes y los niños lo memorizan con facilidad.  El Corán completo es memorizado por casi todos los eruditos islámicos y cientos de miles de musulmanes ordinarios, generación tras generación.  Casi todos los musulmanes memorizan una porción del Corán para recitar en sus oraciones.

La Doble Profecía

Antes de la aparición del Islam, los romanos y los persas eran dos superpoderes en competencia.  Los romanos liderados por Heraclio (610–641), un Emperador cristiano, mientras que los persas eran zoroastrianos liderados por Cosroes Parviz (reinado 590–628), bajo quien el imperio recibió una gran expansión.
En 614, los persas conquistaron Siria y Palestina, tomando Jerusalén, destruyendo el Sagrado Sepulcro y la “Vera Cruz”.  Luego, en 619, ocuparon Egipto y Libia.  Heraclio los enfrentó en Thracian Heraclea (617 o 619), y casi lo capturan, entonces volvió a Constantinopla, perseguido.[2]
Los musulmanes se sintieron apenados por la derrota romana ya que se consideraban espiritualmente más cercanos a la Roma cristiana que a la Persa zoroastriana, pero los mecanos salieron naturalmente a festejar la victoria de la Persia pagana.  Para los mecanos, la humillación romana fue un siniestro presagio de la derrota de los musulmanes en manos de los paganos.  En esos momentos la profecía de Dios confortó a los creyentes:
“Los bizantinos fueron derrotados [por los persas] En el territorio [árabe] más próximo a ellos [la antigua Siria]; pero después de esta derrota, ellos [los bizantinos] les vencerán.  [Esto sucederá] dentro de algunos años.  Todo ocurre por voluntad de Dios, tanto la anterior derrota [de los bizantinos] como su futuro triunfo.  Y cuando eso ocurra, los creyentes se alegrarán” (Corán 30:2-4)
El Corán profetizó dos victorias:
(1)  La futura victoria romana dentro de treinta años sobre los persas, algo inimaginable en esos momentos
(2)  La alegría de los creyentes por la victoria sobre los paganos
Ambas profecías ocurrieron.
En 622, Heraclio dejó Constantinopla ya que las oraciones aumentaron desde sus santuarios por la victoria sobre los zoroastrianos persas y la conquista de Jerusalén.  Él dedicó los próximos dos años a las campañas en Armenia.  En 627, se encontró con los persas en Nínive.  Allí, mató a tres generales persas en diferentes combates, mató al comandante persa, y dispersó al ejército persa.  Un mes más tarde, Heraclio ingresó a Dastagird tomando su estupendo tesoro.
Cosroes fue derrocado por su hijo, quien hizo las paces con Heraclio.  Regresando a Constantinopla triunfante, y en consecuencia Heraclio fue recibido como un héroe.[3]
También, en el año 624 DC los musulmanes derrotaron a los mecanos en la primera y decisiva Batalla de Badr.
En las palabras de un erudito de la India:
“…una sola línea de la profecía fue relatada a cuatro naciones y el destino de dos grandes imperios.  Todo esto prueba que el Sagrado Corán es el Libro de Dios.”[4]

La Profecía de la Derrota Pagana

El Corán predijo la derrota de los incrédulos de la Meca mientras que el Profeta Muhammad y sus seguidores todavía estaban siendo perseguidos por ellos:
“¿Es por ello que dicen: Somos un grupo invencible? Pero ciertamente todos ellos serán vencidos y huirán.” (Corán 54:45)
La profecía fue revelada en la Meca, pero fue cumplida en la Batalla de Badr, dos años después de la emigración a la cuidad de la Medica.

La Fe de Individuos Específicos

Walid bin Mughira era un acérrimo enemigo que abiertamente ridiculizó al Corán:
“Y exclamó: Esto no es sino magia aprendida [y no la Palabra de Dios].  No es sino la palabra de un mortal.” (Corán 74:24-25)
El Corán profetizó que nunca aceptaría el Islam:
“Por cierto que le arrojaré al fuego del Infierno.  ¿Y qué te hará comprender qué es el fuego del Infierno? [Es un fuego que] No deja nada sin quemar, ni cesa jamás.” (Corán 74:26-28)
Walid murió en estado de incredulidad como profetizó el Corán.
También, Abu Lahab, un apasionado oponente del Islam, el Corán predijo que moriría oponiéndose a la religión de Dios:
“¡Maldito sea Abu Lahab [tío y acérrimo enemigo del Profeta Muhammad] y que perezca! Ni su poder ni sus bienes podrán salvarlo del castigo.  Será arrojado en el fuego llameante.” (Corán 111:1-3)
Específicamente, existen tres profecías acerca de Abu Lahab:
(1)  Las conspiraciones de Abu Lahab en contra del Profeta no serían exitosas.
(2)  Su riqueza e hijos no lo beneficiarían.
(3)  Él moriría oponiéndose a la religión de Dios y entraría al Fuego del Infierno.
Abu Lahab también murió en estado de incredulidad como lo profetizó el Corán.  ¡Si Walid o Abu Lahab hubiesen aceptado el Islam en apariencias, hubiesen desaprobado sus profecías y de este modo su fuente divina!
Además, Abu Lahab tuvo cuatro hijos, dos de los cuales murieron en tempranas edades durante su vida.  ¡Los otros dos hijos y una hija abrazaron el Islam y frustraron sus esperanzas! Finalmente, el murió a causa de una plaga; las personas no tocaban su cuerpo por miedo a contagiarse y arrojaron barro y piedras en donde murió al hacer su tumba.
Los fundamentos para creer que una escritura es realmente una revelación de Dios es la verdad interna, sea de acuerdo a los hechos del pasado o del futuro.  Como se puede ver, existen muchas profecías mencionadas en el Corán, algunas de las cuales ya fueron cumplidas en los tiempos del Profeta, o han sido cumplidas luego su muerte, mientras que otras todavía no han ocurrido.