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domingo, 8 de mayo de 2011

el sabio y su hija


He aquí la historia real de lo que aconteció a un sabio musulmán pobre y su hija.
Había una vez un gran sabio musulmán, este sabio conocía muy bien la doctrina islámica.
Este sabio no tenía posesiones ni bienes, era pobre, pero poseía mucha sabiduría, al cual todos acudían en su consulta de la ciencia.
Este sabio tenía una hija, a la cual había educado conforme a la doctrina islámica, con los valores de humildad, honestidad, paciencia, piedad, iman, etc…..
En esa época reinaba un Gobernante musulmán llamado Ibn Marwan, este gobernante le llegaron noticias que había un gran sabio que tenía una hija, una hija con todos las características sublimes de educación y de sabiduría.
Este gobernante un día se encamino donde la casa de este humilde sabio con la intención de desposar a su hija. Una vez entrevistado con el sabio , le comentó su interés sobre su hija por las innumerables características todas ellas propias de una gran musulmana noble devota y piadosa.
Este sabio al ver que el interés era de un Gobernante ( suponía que vivía entre las mas altas comodidades y confort), pero este sabio al analizar al Gobernante le comentó que no podría ofrecerle su hija en matrimonio, pero sin darle ninguna razón. (la razón la tenía en su interior)
Este Gobernante insistió durante varias veces, una veces personalmente y otras a través de enviados y corresponsales en su nombre, a lo que el Sabio siempre se negaba al casamiento de su hija con este gobernante.
Pasó un tiempo y este sabio le vino un musulmán pobre y humilde para la petición de su hija, a lo que este sabio accedió aceptando que su hija se casase con este musulmán pobre y sin posesiones. Porque vió en él las caracteristicas que debía poseer la persona que quisiera desposar a su hija
Una vez desposada la hija del Sabio con este humilde musulmán, llegaron noticias al Gobernante Ibn Marwan, que en esa época administraba esa provincia, y rápidamente acudió a la casa del Sabio.
Cuando llego donde el sabio, este gobernante le preguntó que él vino innumerables ocasiones con la intención de desposar a su hija, y luego se entera que la desposó un musulmán pobre y sin posesiones de ningún tipo.
Entonces le preguntó Ibn Marwan: porqué elegiste a ese señor y no a mi para desposar a tu hija?
Y le contestó: Yo soy padre de mi hija y soy responsable de ella, y he de elegir lo mejor para ella. Tengo el suficiente conocimiento que me ha dado el Islam para saber que es lo mejor para mi hija y lo que le conviene; y que siendo uno pobre es cuando más se puede acordar uno de Allah y tener tiempo para adorarlo tal y como Allah manda.
Yo decidí que el mejor hombre para mi hija era encontrar a un musulmán piadoso y sencillo y noble, tenga o no tenga posesiones.
Sabía que si se casaba contigo (gobernante) iba a estar muy ocupada con la Dunia( el mundo y sus entretenimientos) y sus placeres y sus deleites, y siempre iba a estar rodeada de doncellas y criadas, y eso no ayudaría a mi hija en su misión en este mundo.
Además añadió que lo que deseo a mi hija es que tenga tiempo para hacer y practicar los mandamientos y adorar a Allah; y sé que si está en tu palacio no va a tener tiempo para ello.
Entonces decidí desposarla con un musulmán humilde y pobre porque así tendrá tiempo para adorar y recordar a Allah Subhana wa Taala.
- OH ALLAH HAZNOS DE LOS QUE TENGAMOS HIKMA (SABIDURÍA) EN TODAS NUESTRAS DECISIONES TANTO MUNDANALES Y RELIGIOSAS. AMIN!!!

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